Mi historia: alguien nos persigue

Como hay que predicar con el ejemplo, yo seré la primera en contar una de mis historias, sí, en plural, ¿quién no tiene más de una historia que contar?

Elijo esta historia pues, a pesar de que han pasado varios años, aún la recuerdo. Recuerdo el miedo, un miedo que NADIE tiene derecho a producirme (a no ser que seas una película de dicho género).

Como he dicho, sucedió hace varios años, me dirigía hacia mi casa con mi prima, dos años más pequeña que yo, después de una noche fiesta. Tengo amigos que viven cerca de mi casa y me suelen acompañar (cosa que no deberían tener que hacer y que yo suelo insistir en que no hagan). Ese día, ya era bastante tarde, mi casa estaba a pocos minutos y, como mi prima y yo nos acompañábamos la una a la otra, no insistieron más. Íbamos hablando y riendo cuando vimos a un hombre, ebrio, salir de su casa. Hasta ahí todo normal, nos sentimos un poco incómodas por cómo nos miró al pasar pero seguimos como si nada. Poco después escuchamos voces a nuestra espalda, nos decía que paráramos y más cosas que ya no recuerdo ni quiero recordar. Mi prima y yo aceleramos el paso y notamos que él también, echamos a correr entonces, por suerte ya estábamos en mi calle y, cuando comencé a abrir la puerta de mi casa miré hacia donde él estaba y lo que vi hizo que mi corazón comenzara a latir a mil por hora: estaba al principio de la calle, corriendo hacia nosotras. Tuve miedo, la mano me temblaba mientras abría la puerta, dejaba que mi prima pasara y cerrábamos de golpe. Mi prima y yo nos miramos, asustadas, pero ya estábamos a salvo.

¿No es abominable que alguien os haga sentir así? Si alguna vez alguien lo ha hecho pensad: ¿os gustaría que vuestra madre, hermana o hija sintiera ese miedo por culpa de otra persona?

No dudéis en comentar y, por supuesto, ¡comparte con nosotros tu historia!